La tendinitis rotuliana crónica, también conocida como rodilla del saltador, es una lesión que afecta al tendón rotuliano, una estructura clave en la extensión de la rodilla y la transmisión de fuerzas entre el cuádriceps y la tibia. Suele aparecer en personas activas, especialmente en deportes con saltos o carreras, y puede volverse persistente si no se trata adecuadamente. Sin embargo, en algunos casos, incluso después de haber realizado tratamientos físicos, la dolencia persiste. ¿Podría haber algo más detrás de este dolor? En este artículo vamos a explorar la relación entre emociones y dolor crónico, y cómo en FisioClinics Bilbao abordamos a la persona desde un enfoque integrativo.
La relación entre emociones y dolor físico
Cada vez más estudios respaldan la idea de que nuestras emociones y estados mentales influyen directamente en la aparición, intensidad y duración del dolor físico. El sistema nervioso central interpreta las señales del cuerpo en función del contexto emocional, y eso puede amplificar o sostener ciertas molestias.
En el caso de dolencias crónicas como la tendinitis rotuliana, si bien existen causas biomecánicas claras (sobrecarga, desalineaciones, debilidad muscular), también puede haber un componente emocional que contribuye a la perpetuación del problema.
El simbolismo de las rodillas: flexibilidad y orgullo
Las rodillas, en el lenguaje psicosomático, están asociadas simbólicamente a conceptos como la flexibilidad, la rendición, la humildad o la capacidad de avanzar.
Una rodilla que duele, especialmente de manera crónica, puede estar señalando dificultades para:
- Adaptarse a situaciones nuevas.
- Aceptar cambios o "doblarse" ante circunstancias externas.
- Ceder o pedir ayuda cuando se necesita.
- Gestionar conflictos de orgullo o autoexigencia.
En muchos pacientes con tendinitis rotuliana crónica se observa un patrón emocional de autoexigencia excesiva, dificultad para frenar el ritmo o incluso una tendencia a “forzarse” constantemente, tanto en el deporte como en la vida personal.
El papel del estrés y la tensión muscular
El estrés prolongado y la ansiedad también generan un estado de tensión muscular constante que puede facilitar la aparición de lesiones por sobrecarga. Si a esto le añadimos patrones posturales alterados por estados emocionales (como rigidez o apretar los músculos involuntariamente), el tendón rotuliano puede verse afectado más fácilmente.
Además, el estrés influye en el sistema inmune, dificultando los procesos de reparación del tendón, lo que explica por qué en muchos casos la recuperación se estanca.
Escuchar el cuerpo: una vía hacia la sanación
Una tendinitis crónica puede ser también una invitación del cuerpo a escuchar con más atención nuestras necesidades internas. ¿Estoy forzándome demasiado? ¿Estoy evitando parar o descansar? ¿Qué me cuesta aceptar en este momento de mi vida?
En FisioClinics Bilbao, además del abordaje físico de la tendinitis con técnicas como terapia manual, ejercicios de fortalecimiento y ondas de choque, también ofrecemos un enfoque global en el que se pueden incorporar terapias complementarias como:
- Psicoeducación sobre el dolor crónico.
- Técnicas de relajación o respiración.
- Acompañamiento emocional y trabajo corporal consciente.
- Reprogramar el movimiento desde lo físico y lo emocional
Una parte fundamental del tratamiento será siempre recuperar la función del tendón mediante un trabajo de fortalecimiento progresivo, estiramientos y reeducación del movimiento. Sin embargo, integrar el componente emocional permite al paciente:
- Reducir la tensión inconsciente mantenida.
- Liberarse de patrones de movimiento asociados al miedo al dolor.
- Generar una mayor consciencia corporal y emocional.
Esta integración favorece una recuperación más completa y duradera.
Conclusión
La tendinitis rotuliana crónica es una lesión que, más allá de su origen físico, puede tener un trasfondo emocional que merece ser atendido. La relación entre cuerpo y mente es profunda, y muchas veces el dolor persiste porque estamos ignorando un mensaje más interno. En FisioClinics Bilbao te ofrecemos un abordaje integrativo, para que puedas sanar no solo el tendón, sino también los hábitos y emociones que quizás están contribuyendo a mantener el problema. Escuchar al cuerpo es, muchas veces, el primer paso hacia el verdadero bienestar.